sábado, 14 de junio de 2008

El periodismo: ¿informaciòn o degeneraciòn?

Actualmente se padece de los periodistas por su forma de actuar conforme a la informaciòn, por su tendencia y principalmente por la forma en que han querido alzarse como la voz de la sociedad y hablar a nombre del pueblo cuando ellos son quines controlan las mentes del pueblo.

Esta pseudocultura que muestran no es nueva, ya Nietszche la habìa denunciado desde el siglo XIX en su primer gran conferencia sobre las instituciones educativas:

»Efectivamente, en el periodismo confluyen las dos tendencias: en él se dan la mano la extensión de la cultura y la reducción de la cultura. El periódico se presenta incluso en lugar de la cultura, y quien abrigue todavía pretensiones culturales, aunque sea como estudioso, se apoya habitualmente en ese viscoso tejido conjuntivo, que establece las articulaciones entre todas las formas de la vida, todas las clases, todas las artes, todas las ciencias, y que es sólido y resistente como suele serlo precisamente el papel de periódico. En el periódico culmina la auténtica corriente cultural de nuestra época, del mismo modo que el periodista -esclavo del momento presente- ha llegado a substituir al gran genio, el guía para todas las épocas, el que libera del presente. Ahora dígame usted, maestro, qué esperanzas podía abrigar, en una lucha contra el desbarajuste -que se da por doquier- de todas las auténticas aspiraciones, dígame usted con qué coraje podía presentarme, como profesor aislado, aun sabiendo que, apenas se arrojara una simiente de cultura auténtica, pasaría por encima de ella inmediata y despiadadamente la apisonadora de esa pseudocultura. Piense en lo inútil que debe resultar hoy el trabajo más asiduo de un profesor, que por ejemplo desee conducir a un escolar hasta el mundo griego -difícil de alcanzar e infinitamente lejano- por considerarlo como la auténtica patria de la cultura: todo eso será verdaderamente inútil, cuando el mismo escolar una hora después coja un periódico o una novela de moda, o uno de esos libros cultos cuyo estilo lleva ya en sí el desagradable blasón de la barbarie cultural actual».

Nietzsche, Friedrich. Primera conferencia
Traducción de Carlos Manzano publicada por Tusquets, Barcelona, septiembre de 2000, pp. 31-58

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